Consiguen, al mismo tiempo, un efecto tensor reposicionando los tejidos blandos faciales, y un efecto revitalizante mejorando la calidad de la piel.
El uso de los hilos tensores se ha popularizado en el campo de la Medicina Estética recurriendo a sus propiedades y a sus efectos sobre la apariencia de la piel y sobre los tejidos subcutáneos.
Los hilos empleados son de PDO (polidioxanona), material reabsorbible, extensamente utilizado en el marco de la cirugía y con una gran tolerancia.
Consiguen un efecto tensor y elevador inmediato, reposicionando los tejidos profundos faciales que, con el paso de los años, debido a los cambios en los compartimentos grasos y el aumento de la flacidez de la piel y de las estructuras de sostén, confieren a la cara un aspecto ''caído'' y envejecido.
Asimismo, gracias a la reacción inflamatoria que los hilos y su proceso de colocación provocan en las capas profundas de la piel, con la inducción de fibrosis y la formación de nuevo colágeno, aportan también un agradable efecto reafirmante y redensificante a largo plazo que revitaliza el aspecto de la piel facial.
Los hilos se colocan a nivel subcutáneo mediante procedimientos mínimamente invasivos, requiriendo sencillos cuidados postratamiento y tiempos de recuperación casi inmediatos.
Si te preocupa la flacidez, el aspecto ''descolgado'' y la falta de tensión cutánea, este podría ser un tratamiento indicado, valorando la combinación de distintos tipos de hilos o su complementación con otros tratamientos en función de las necesidades de cada paciente.
A tu disposición, un espacio único donde dedicarte ese tiempo para cuidarte por dentro y por fuera...
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Dra. Beatriz González Sanz - Medicina Estética, Regenerativa y Antienvejecimiento
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